domingo, 17 de agosto de 2008

Despojo de la cadena

tomé a toda la culpa que tenía
y la hice una sóla persona, la puse frente a mí en el espejo,
la miré y la hallé parecida a mis sueños,
así comprobé que algo que no era yo me cortaba las alas,
tenía mi rostro y poseía mis gestos:
nadie que no fuese yo podría haber sabido que no era yo.
sentí el miedo originario, no a lo desconocido
sino a lo que conocemos y no estamos dispuestos a enfrentar,
tenía mi forma, en todo igual a mí pero sin serlo.
me armé en una lucha en su contra,
quize destruirlo siendo mi gemelo
y no pude...
supe porque el instinto es feroz
y es único ante la fosa abisal
que mis errores serían los suyos
y le ataqué atacándome
lo herí hiriéndome
lo amé amándome...
y como al hacerlo dejé de verlo
aprendí que lo eliminaba eliminándome
y que quedando repetido en la oscilación de un filamento en el vacío
mi pregunta tendría lugar a su respuesta
y que pasase lo que pasase
el tiempo y sus posibilidades absurdas
siempre iría a recibir por respuesta
que difuso como la luz sobre las aguas eternas
la respuesta posible está inscrita en las cosas como promesa
de la esperanza}
y es que todo brilla para ser ruta de encuentro ante
lo desconocido.}

3 comentarios:

Alfonso Waits dijo...

seme vino a la cabeza esaimagen cuando estás en el baño mirandote al espejo y ves uno que eres tú. Pero cuando te encuentras con ela guien ese otro no ve ese tu que se quedó en el espejo ve otro que nosotros no conocemos.
Es desesperante. Como cuando un paracaidista se lanzá al vacío y a la mitad del camino quiere abrir su paracaídas que no funciona, intenat abrir el de emergencia que también está malo y no piensa en nada. Es desesperante pero con fe.

au o zi buna

Dailhar dijo...

cuando me miro en el espejo rara vez me encuentro.

max dijo...

juan carlos,
buena

juntar la culpa y los espejos en un sólo texto es siempre muy arriesgado.

y sin embargo ineludible.

Si yo fuese el jefe de una tribu, incluiría, como parte del rito de iniciación en la adultez, un encuentro cercano con la culpa y un espejo en el que por lo menos se reflejase el miedo