domingo, 30 de diciembre de 2007

Campo de las afroditas

-te quiero y todo es hermoso.
-me quieres y todo es hermoso.

-te quiero y todo es hermoso.
-me quieres y todo es hermoso.
(Antonin Artaud)

desnudas en el Ganjes y te atraviesa como el rayo
ubi sunt madonas del oprobio:
salpíquense los labios
andróginas
los imanes del cuerpo:
el aceite coleóptero
se abrirá: el esternón nunca más cerrado
un tubo de luz
y una vagina: la cara del vacío
te quiero y todo es hermoso, ámbar
hay dos espejos: mírale las caras: tienen manchas oscuras
pieles de animales extintos tantos falos como en El Beso
y receptáculos
como en los ojos de Klimt.

domingo, 23 de diciembre de 2007

La Era Oscura Del Amor

1
Pitonisa, dile a ellos
lo que me dijiste a mi
"todo sexo es terrible".
sepan que las vergas sagitales
a Vulcano tienen en la punta
dictando la sentencia:
ustedes se hacen mártires
cruzando el Aqueronte
y yo me hago Dios
despedazando un himen
.
2
a veces amanezco rojo
con ganas de aniquilar y aniquilarme,
beber de esa llaga sanguínea
comer como hiena carne cruda,
de tu entrepierna.
3
celebraría toda la vida el himeneo;
una manzana en la diestra
un cuervo en la siniestra
y una glande rozándome
la punta de la boca.

sábado, 22 de diciembre de 2007

las noches sin mañanas

¿Cuánto duran las noches sin mañanas?
otra vez me he vuelto a preguntar lo mismo,
otra vez en el mismo lugar: las calles solas, un cigarrillo que se consume tan solo
/como mi tristeza.
Y siempre nos preguntan: por qué estás tan triste
y esperan respuestas tan grandes como las dadas en el monte a los profetas,
yo por mi parte si he de responder, diría:
estoy triste porque estoy solo, porque no quiero nada,
porque al mirarme me veo donde mismo, y hubiese bastado la presencia de ella
pero no estuvo, y no es su culpa, si fuese su culpa
no sentiría pena sino rabia.
Y estoy triste porque la noche es demasiado grande a veces,
su bóveda me recuerda que estás lejísimos de mí. Es cierto que no me amas,
(y tampoco es algo que me inquiete) pero has significado a estas alturas tanto…,
y esa es otra cosa por la que ciertas noches me ponen triste,
porque pienso tantas cosas, me envuelvo en la sábana espesa de mis pensamientos,
revivo imágenes de esa adolescencia cruenta,
cuando nunca fui feliz, cuando creí ser más duro que las piedras,
más cruel que los bárbaros, y me sentí enfermo, como nunca.
¿Cuanto duran las noches sin mañanas? hoy es el día de mi cumpleaños
y las preguntas se arremolinan como tus ojos verdes sobre mi cabeza,
no espero las respuestas, ellas vendrán con las mañanas ausentes,
antes no tenía nada, ahora me convenzo de que no muy tarde pueda ver
otra vez tus ojos, pueda tocar otra vez tus pechos, pueda morder
otra vez tu boca, y pueda sentir otra vez tu ausencia como ahora,
cuando las noches no insinúan sus mañanas, y los perros se callan
y los cigarros se acaban y las calles están solas
y Yo soy el mismo fantasma de siempre,
del que te enamorarás algún día.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Memoria de esos dias (fragmento)

Lo que recuerdo con cierta claridad es que estaba tomando micro, y lo recuerdo
Porque cuando pasó la micro estaba pensando en ti, me imaginaba lo que te iba
a decir, cómo me iba a mover; entonces se me vino a la mente que no tenia cigarros
-¡como no iba a tener un cigarro!- y si no tengo cigarros ¿Qué cosa invento
para poder estar más tiempo contigo? ya estaba arriba de la micro cuando
pensaba qué haría si no llegaras, porque eres mujer y las mujeres
nunca llegan donde tienen que llegar. Si no tengo cigarros le pido que me
acompañe a comprar y de ahí la invito a sentarnos, le pregunto por el vestido
que se quería comprar, por su visita al “dentista”. Yo le cuento de esa visita
al médico que nunca existió – esa que inventé para que me preguntara que me
pasaba-, le digo lo que me dijo, donde fui y lo que tuve que hacer para estar ahí
con ella. Esta sería la tercera vez que le digo que voy al médico –no me creería-
así que le digo que fui a buscar una “plata” – un trámite le digo-;
pero no calculé, no decidí lo que iba a decir cuando percaté que
tenía que bajarme de la micro, y recuerdo que tenía que bajarme
porque cuando me bajé iba pensando en ti. Siempre que hago
memoria caigo en la cuenta de que estoy pensando en ti, sé que venía
a aquí a encontrarme contigo porque hago memoria y “era algo que te compete”,
aunque a ti, en lo concreto, no te compete; para ti es una junta más, de esas
para echarse en el pasto e intercambiar unas palabras.
Todo esto lo evoco, se me asoma a los ojos y a la memoria, mientras en silencio
me fumo un cigarrillo sentado al lado tuyo; efectivamente: me contaste algo de tu
visita al dentista –yo me miro los zapatos, respondo a tu historias con
monosílabos o con movimientos de cabeza- y sigo fumando, pensando que,
en fin, estás – ahora mismo- sentada al lado mío, escuchando “pérsonal”,
sin darte cuenta de que mientras fumo, pienso en ti y me acuerdo de ti
y se acaba el cigarro y tu te irás, y que yo estuve a tu lado
por un buen rato… sin hacer nada.

viernes, 17 de agosto de 2007

  • Rito
    Al rito. Así cortamente
    Serpentinamente, de impulso nervio eléctrico
    Cortamente
    En rayo directo
    Potencia vectorial: nervio eléctrico
    Así un impulso nervio eléctrico. Obstruido
    Así como dos seres viviendo en uno
    Como dos en uno
    Dos en uno: circunferencias concéntricas
    De lejos y de cerca
    Arriba abajo una ceniza ígnea
    o lo mismo un fósforo
    en un vaso tapado
    y sin oxigeno:
    nervio eléctrico
    te quedas solo nervio eléctrico solo y triste como siempre
    como nunca nervio eléctrico
    sin tu espejo desde donde te miras por todas parte
    nervio eléctrico
    lo telúrico o lo último
    o la inagotancia del disparo nervio eléctrico
    siguen en ti y se detienen no es que se cansen
    sino porque no se sienten no se palpan
    así mismos.

jueves, 16 de agosto de 2007

[por cuanto, estío…]

Por cuanto, estío.
En este vertedero hay 3 moscas.
Melosas moscas.
Una roja la segunda verde y metálica la otra opalina
Las tres como si los ocelos se hayan volado
A una mariposa.
Por cuanto, estío.
San Fabián allá hacia la cordillera
En mi casa de campo a los corderos
Les cortan la yugular, se desangran y un
Aire les sopla por el cartílago roto, así suben
Hasta el éter y se pierden.
Por cuanto.
Sentado al costado de una ventana con caca de palomas
Dicen que al amor el estómago se llena
De mariposas, yo lo siento lleno de cucarachas
O tijeretas por cuanto estío.

viernes, 10 de agosto de 2007

La mujer fatal

A Felipe Peña

Aún así a mi mismo desprecio en las fetales mañanas repleto
De placentas gelatinosas –cartí
lagos
rugosos
secos–
de sangre, manifiesto la misma estupidez de siempre
y todo cambia pero “el individuo permanece”, así mismo
fetal
analfabeto
no sé aún si descompuesto prontamente a serlo,
a mi mismo me parezco cruel muchas veces las más
(aunque confieso que a veces la siutiquería me
remuerde y lloro largamente)
tantas más veces mis dedos me parecen feos fomes ramas secas,
pero aquí todo es de otra manera, como para sentirlo sentirlo todo Bello,
tal como Edipo yo he de rasgarme estos ojos porque no los quiero
(y como buen literato siempre aspiré a Homero)

porque no me sirven
porque soy tonto para nada
porque teniendo ojos de remate no veo nada más que lo que no son las cosas
y manifiesto la misma estupidez de siempre y
el agua el agua al agua no se detiene
sí,
y yo la miro y la veo y la miro caer por el lavamanos
manifiesto la misma estupidez de siempre y reconozco los hechos
todo porque a esta mañana todo lo martiriza lo que siempre me martiriza
¡¡¡¡¡aun soy esclavo de la FeMMe FAtalE!!!!!

miércoles, 8 de agosto de 2007

Un tramo tan corto y se pasa tan rápido


Entre todas las cosas ésta una no presiento.
Se me arranca siempre entre ir y venir siempre de ninguna parte,
quieto como la tierra misma que se mueve todo el tiempo
y no para de moverse
y se parece a sí misma quieta
así algo se me pierde todo el tiempo. Vino el tiempo
hace ya unos años en que hacía paseos por los parques,
avanzaba pues lento, holgado dejando pasar las cosas y con ellas
las hojas y los envoltorios de caramelos, todas ellas
pues pasaban, yo las veía en su completa ausencia. Pero ahora
entre todas las cosas ésta una no presiento. Se me escapa
y yo no sé qué es, antes pues sentía que tras todas las líneas verticales
-postes señalizaciones árboles y palos– se escondía y me miraba
así yo en noches sin ninguna particularidad
más que lo que a sí misma le pertenece
tomé duchas de agua fría innumerables botellas y
/psicofármacos para poder dormir
arropado y solo, hace tiempo ya eso
cuando se escondía y me miraba, me espiaba fríamente
nunca la pude sorprender in situ, aunque confieso me
/horrorizaba saber que estaba allí,
las cosas sin embargo pronto se olvidan, y ya no temí,
y sin embargo entre todas las cosas ésta una no presiento.
Y deseé hambrientamente que algo una cosa una sola
me siguiera, me espiara le temiese como antes,
pero NO. Entre ir y venir siempre de ninguna parte algo se me escapa,
presiento que algo va pasando, huyendo y sin querer
verme para siempre. Y ya nada me quita el sueño
a veces es agobiante dormir tranquilo y estoy seguro:
entre todas las cosas ésta una no presiento. Y se escapa.

domingo, 5 de agosto de 2007

Réquiem por mi propia sombra


Veo mi cara 2 veces.
Mi sombra da en el muro
y el pilar de una ventana le impacta en la cabeza
le parte en 2 sin que el seso quede a pública disposición
no brota sangre. Al voltear mi cabeza me veo en un espejo de luz
el muro absorto de soles rancios, lleno, y mi sombra partida en
/2 sobre ese muro
–como si estuviese fosilizada en movimiento–.
Yo miro a mi sombra y ella me mira a mí pero no tiene ojos dos veces
no tiene nada más que sus márgenes borrosos
que corroboran su ausencia. Me veo 2 caras sin ser propiamente
/caras pero así se suceden todas las cosas,
se suceden como un punto entre otros puntos, cuando hay
/tantos puntos que son todos el mismo.
Como una roca entera pesadamente gravitatoria y sola
así a mi cabeza de sombra caía más sombra
y se desdibujaba entre ellas, así mi cabeza la mía se encontró
sola y absorta con su única cabeza de sombra, la una de dos,
se miraron ambas –una sin ojos– pero la otra sin mirarla
estando de frente. Así a la otra le tocó la triste hora
–esa que a todos le llega– y al muro ya no hubo espejo
la cara la mía como siempre se miró sola a sí misma
y no encontró nada.

martes, 31 de julio de 2007

No a veces pienso

No a veces pienso

No a veces pienso. Siento

La voz es carcajada siempre. Siempre me río. Río.

Cuando tenía 5

Años mi papá me hizo cruzar un río, para

Aprender a nadar. Yo me hundía

Cuando abría los ojos no siempre veía el cielo

Todo turbio cuando los ojos abría debajo del agua del río.

Pero no siempre no a veces pienso. Digo.

Boca abrimos la boca. De nuestra boca

Se asoma la lengua. A veces tiene baba:

Caminaba por un bosque de aromo, lleno de ramas

El suelo es más blando juraba a pies hundidos pocamente

En el humus de aromo, de todas

Sus ramas, alambres de púas

(porque ya existía la propiedad privada).

Mi hermano siempre andaba en bicicleta.

Tenía como 11 años. Y se cayó, en los alambres de púas.

Se le enrredó en la cadena. Y se cayó.

Aquí quedó la bicicleta. A veces yo la miro, ahora.

Yo encuentro que no ha cambiado mucho,

Casi nada. Como a las 5 la miro,

Prendo un cigarro. Y la miro. Tiene una hilacha

Amarilla. Creo que no es de mi hermano. Fumo.

Pongo el poto en el humus, de aromo, de sus ramas,

amarillas. Aunque sí para qué no a veces pienso.

Nado bicicleta ramas, amarillas. Debajo del agua del río

Andaba en bicicleta lleno de ramas en el humus de aromo

No siempre veía el cielo me hizo cruzar un río.

Y se cayó lleno de ramas. Cuando quizá gracias a veces no pienso.

Como a las 7 siempre miraba el sol,

De frente, un buen día me di cuenta

Que cada vez que lo miraba, cuando lo miraba

Me quemaba los ojos.

jueves, 26 de julio de 2007

Ejercicio etario


Los ancianos saben mejor que nosotros
Que Agosto es un mes difícil,
Saben ellos que la noche es algo más larga,
Más inconmensurablemente larga de lo que ya es;
Amanecer es tan fortuito como no hacerlo,
La proyección de nuestras vidas no supera a una
Imagen vaga de un “Yo tomando el té a la
Orilla de un vidrio empañado”.
Los ancianos comprenden la vanidad que significa
Un esfuerzo innecesario como tratar de comprender;
Es más sencillamente obvio sentarse con las piernas
Juntas, mirando por algo así como una
ventana.

sábado, 21 de julio de 2007


A propósito de un muerto


Mi madre me llamó
y me dijo que mi vecina
estaba muerta. Haz un acto
de presencia –me dijo.
Yo le dije que no, que no
iba a ninguna parte, que
nada hay más nefasto
que dar y recibir esas
condolencias torpes. Colgué
me recosté en mi cama y pensé:
ojalá esté muerta bien muerta.
Muerta y sola, como todos los muertos.
Y ojalá tranquila”.

lunes, 16 de julio de 2007

Sueño del árbol y la vida en un espejo

Para Nataly Zamorano

El reloj marca las 7:58 PM y él se sienta al borde de un árbol cualquiera sin saber porqué. Lo mira en panorámica vertical; es un enorme castaño, debe sobrepasar los 20 o 30 metros y piensa en lo increíblemente profundas que deben ser sus raíces, “deben ser los árboles que se asoman en China”, piensa.

Y qué increíble le pareció un insecto cualquiera, una hormiga por ejemplo. Escalar un enorme pilar que debe ser miles de millones de veces su propia altura; escalar, sobrepasar rugosidades, enfrentar enemigos terribles, observar el mundo entero (para la hormiga lo sería) desde aquel pilar seguramente existente desde la eternidad y enfrentarse ante lo soberbio de un cielo angustiosamente azul.

¿Cuánto viviría una hormiga? Acaso una semana, tres días, un solo y largísimo día. O tan solo un par de horas. Supuso lo último, parecía increíble: toda una vida en subir aquella construcción, y sin saber porqué. Guiada tal como los sonámbulos por un ciego e imantado instinto, propio o externo; sólo subía, se detenía raramente, seguía subiendo, de pronto se sentaba en una hoja, miraba el suelo lejanísimo, veía en lo alto una gota de rocío, amenazante, pero obvia ¿ y si se encontrase con un rastro de savia? aquella sustancia pegajosa, entorpecedora…¡y qué sentimiento aquel cuando se acercaba ya a la punta más alta!, cuando todo lo antes recorrido se alistaba ante los ojos en el pliegue leve de una última hoja: a un mismo tiempo desfilaban múltiples todas las cosas, todas, en una sola y gran imagen…el reloj marcaba entonces las 8 de la tarde.

jueves, 12 de julio de 2007

Cuando estuve en guerra*

Yo estaba en guerra
Con el mundo, ese es
El asunto, me paseaba
con una arruga en la
frente, pero el mundo no
tenía la culpa; ahora
escribo este poema con un
lápiz amarillo y en
la tapa de una carpeta.



*escrito en una banca en una plaza en el centro de Santiago

domingo, 1 de julio de 2007

Distancia Alguna


Uno nunca está en las cosas, es imposible cualquier
Tipo de acercamiento o aproximación hacia ellas
Más que por la distancia inconmensurable
De los ojos;
Se sitúan ellos
- los ojos- en el borde de nosotros
proyectando siempre una imagen
de lo que no nos pertenece, presenciando
la vida (sus cosas) como en un show de voyeur
al otro lado del vidrio del televisor,
siempre como espectadores, extranjeros
/ante una tarjeta postal.

La distancia que existe entre nosotros
Y las cosas es una ficción. Tal como llegar a la cumbre
Más alta y no tocar el cielo,
Nunca llega haber distancia alguna
Porque nunca llega a haber nada de nada.

jueves, 28 de junio de 2007

Las habladurías del mundo

A Spinetta y otra persona que sabe
siempre que es ella a la que me dirijo.


La vida se manifiesta a cada persona de modo diferente, obvio. Siempre lo escuchamos, y decimos, pero parecemos no entenderlo. Por lo menos acepto que me es difícil asumir que otros puedan caminar sin sentir confusión, seguros, tranquilos y alegres todo el tiempo.
Alegres no en el sentido de que yo sea un exagera tristezas y me lo pase gimiendo como si la vida fuese una tragedia o teleseria mexicana. No señores, me refiero a que siempre me detengo en las cosas nimias, en aquellas torpezas que me hacen sentir como flotando en el espacio.
Por suerte existen personas que nos aterrizan, que con sus palabras libres de retórica, magestuosidad o profundidad/superflua nos hacen entender en una sensación la vida y en un segundo como una intrascendente iluminación. Son esas personas finalmente las que marcan y significan algo en nuestras vidas, a las que le debemos tanto o todas las cosas.
"Hay golpes en la vida tan fuertes... yo no sé" decía Vallejo y creo lo mismo con convicción, la vida me ha llevado a cosas insospechadas, no reniego de ninguna de ellas, el Alcohol fue por largo tiempo un compañero para mí, el más fiel compañero de los pobres...aquellos que hemos sentido la más plena soledad hemos conocido lo que es el alcohol. La melancolia me recuerda algunas mañanas de otoño que somos polvo, que "nada hay de nuevo bajo el sol". Y eso me hace hoy feliz, ¿por qué no? saber que seré polvo y volveré a la tierra, que todo lo que hacemos está, estuvo, estará desde siempre. Que nuestro Dios nos guarda un lugar en el vientre de la Tierramadre, que el amor perdurará en las cenizas que seremos.
Suelo contradecirme y es algo propio en mí, esto no es un poema, no es nada más que la más honesta muestra de lo que soy. "Con nuestra ardiente paciencia entraremos en las espléndidas ciudades", sumaría yo pues la FE, y yo tengo la Fe de que entraré en las espléndidas ciudades, y no sólo sino con quien más amo (sabes tu que esto es para ti). La vida me ha hecho así, así cómo. bueno así un poco extraño, pero amable y confiado en que algún día cercano todos aquellos que hemos sufrido seremos libres y felices. Más felices de lo que somos, pues de serlo lo soy.
Las habladurías del mundo no pueden atraparme dice Spinetta, cierto...debo aprender de él y saber que todo estará superado para mí cuando puede sentir realmente que todo lo cruel que fue para mí el vivir quede atrás, cuando sienta todo mi ser renacer para vivir otra vez desde la más pura infancia. Todo eso lo tendré pronto, mientras a cada amanecer sepa que tu corazón está junto al mio.

martes, 26 de junio de 2007

Todo lo que fueras

*cierta vez dijo Pablo Picasso que el gran tema de la pintura fue/es y/será el cuerpo Humano, y por qué no decirlo, el cuerpo de la mujer. Hoy, despues de 5 años de intensa escritura creo con certeza en sus palabras, y despues de haber escrito de todas las formas que me fue posible, de tocar todos los temas que me fue posible, desde el más profundo abandono, desde la melancolía más primogenia que me constituye por los huesos, desde la desesperanza, la pérdida, el fracaso, hoy, vuelvo a decirlo, adhiero a sus palabras y me alejo de la ampulosidad de la "nueva poesía": todo aquello que quiere sorprender, que quiere maravillar...dejar en evidencia las habilidades. Pues yo no hago más que como las hormigas construir rama por rama lo que ha significado la Poesía para mí, y ofrendo con humildad pero jamás deshonra todo lo que soy, todo lo que escribo a una MUJER, porque son ellas, queridos amigos míos, quienes transforman el alma y la mente, y porque son ellas finalmente la más bella y prístina poesía*

26/06/2007 Juan Carlos Vergara

Amor mío, si yo pudiera, si yo pudiera ser un cinturón de polvo celeste,

granizo de estalactitas, ser un pajarito y anidar y acurrucarme, pequeñito y sólo
en tu ombligo; tiritar de frío allí con el oido arrimado en tu piel. Sería todo el amor,
sería toda la sangre de Dios que baja enorme/libre/única y voraz, como una
misma contracción una misma dilatación: santa furia que clama tu nombre en los volcanes
que cae hecha pedazos en la tormenta. En la nieve misma yo sería todo el dulce
amor para cubrir el llano inmenso, infinito tu vientre tus piernas tus pechos
tus ojos: ese bosque inmensamente azul que cae en tus ojos. De rodillas como
Pablo en el camino de Damasco,
tan sorprendido
como el profeta ante el arbusto en llamas que es tu corazón en noches como estas.
Sólo ahí ardiendo. Y yo clamando nada más que por un segundo contigo:
abrasarme entero en la llama y así conocer
en tu cuerpo la eternidad.

sábado, 23 de junio de 2007

Alas de polilla


El yo es un ser abstracto,
Dúctil, inestable como el vapor de la tetera que es pero
Que nos parece dejará de ser en
Cualquier momento.

No se puede hablar
De él; su existencia es más bien una
Ilusión fantasmagórica, como un espectro
Parpadeante que se ve y luego desaparece;
El yo es una palabra muerta
Y no posee ningún significado más que el
Simple sonido. Quizá logre éste existir (el yo), sin embargo
Es tan inconsistente -al igual que las alas de las polillas-
que es lo mismo
que no existiera.

viernes, 15 de junio de 2007

Torpe forma de manifestar un amor no muy prudente

No soy muy bueno con esto bueno con esto de las palabras
con las palabras de amor como si al amor algo le incumbieran las palabras
ese es el punto el dilema el gran dilema diría el sabio que cosa tienen
que ver las palabras y el amor en lo concreto que tienen
que ver las palabras con tus ojos o con tu boca con tu boca nada
porque tu boca no es para las palabras ninguna boca es para las palabras
-torpemente la mía- pero la tuya mucho menos jamás ha conocido palabra alguna
conoce los latidos conoce el contacto de otros dos labios bellamente limpios
nada tienen que ver las palabras con tus orejitas ni con tus pies ni menos
mucho menos con tus pechos entre ellos yo puse un nido y ahí un pajarito
para que esté siempre muy cerca de tu corazón para que lo oiga para que aprenda
a cantar como él y así vuele libre un día libre libre y cante como tu corazón
canta y tu sigas ahí mirándome como sólo tu miras porque tú los ojos
no los tienes para mirar los tienes como dos infinitos
espejos para que toda la hermosura sea en ellos otra vez hermosura
para que nunca se sacie todo de ser una y otra vez y lo que es sea nuevamente
y lo que no es acaso en un fugaz arranque de tu loca imaginación sea salga volando
salga por tu pecho por el nidito ese que yo te dejé sea y salga volando
lo que es lo que no es en dos plataformas está espera descansa se proyecta
no hay nada con decir estas cosas tu no las entiendes no es que no las puedas
entender es que no te pertenece la boca sucia mía llena de palabras de
significados torpes llena de vicios de lamentaciones eres de esas que
habló hace tanto tiempo de esas que supo que de nada valía
que callaste que hace tanto tiempo tanto tanto pero tanto tiempo
dejaste de hacerlo que no lo recuerdas nada recuerdas de esas cosas
de esas sucias torpes graciosas cosas entraste como los animales las
piedras o las plantas en el silencio eterno de mirar de mirar para reflejar todo
una y otra vez de mirar con la mirada vacía de estar simplemente así
nada tienen que ver las palabras contigo nada tienen que ver mis palabras contigo
tan lejos estás de todo eso tan cerca estas de los tallos de los segundos de
mis manos y mis manos saben mejor tu nombre que mi boca lo aprendieron entre
tus sostenes y tus calzones entre tus pechos y entre la cólera inmensa
de tu clítoris entre tus axilas y tus rodillas tu nombre allí volcado
derramado en tu pubis en tu frente en tus codos mis manos lo aprendieron
pero sólo tu sabes el lenguaje de mis manos el mismo lenguaje de ese pajarito
que anida en tu pecho ese pajarito es mi corazón el
mío que hace ya tanto tiempo dejó de ser el mío y no es más que una
pequeña continuación de lo que conserva el tuyo acaso sea solo un movimiento
más un pequeño latido más un soplido más
no mucho pero algo más algo quizá que no necesitara de mis palabras
y para no necesitarlo lo saqué de mí lo deposité en ti
para que aunque poco fuera algo de mí conociera eso que tu también
conoces eso que el color de tus labios me parece que mi boca lo traduce
por libertad aunque todo acercamiento de mi boca a tus cosas es imprudente
inexacto ineficaz todo lo tuyo está reservado al secreto de los besos de las
manos de los silencios madre padre origen fundamento de tus pasos
y yo siempre soy acaso lo mismo el que para acercarse a ti debe saber perder
la cabeza porque para amarte a ti no basta con hacerlo.

martes, 12 de junio de 2007

Tanto Borges


Borges era tan grande era tan sabio
Tan libérrimo en el laberinto de sus pensamientos:
(tigre tijereteado con el ropaje de un trapecista)
que dios lo abrumaba, el tiempo, la eternidad, lo abrumaban; y a mí…

a mi me abruman
mis zapatos
mis uñas
una caja de aspirinas
el examen a la próstata
un trozo de servilleta
un miércoles de junio,
eso me abruma.

sábado, 9 de junio de 2007

Si me dejas de gustar me seguirías gustando,
Es como cuando no quieres fumar y sigues fumando
-y sé que no sabes de qué estoy hablando-
no me ha pasado, pero supongo que así sería
reconociendo de ante mano que siempre supongo mal
(pero intuyo bien) supongo que si me dejaras
de gustar me seguirías gustando,
porque cuando sienta que no me gustas
es porque aún algo me gustas,
tendría, para que no me gustases, que sentir
esa indiferencia enorme, esa de no sentir nada
y cuando sienta que no me gustas estoy aún ahí
sintiendo algo. Cuando no me gustes
no me percataré, no me daré cuenta cuando deje
de hacerlo (de quererte)
estaré sentado en la taza, almorzando garbanzos
comprando el diario o
comiendo
cabri-
tas.

lunes, 4 de junio de 2007

Toda la inmanencia es tu figura

**amor, acaso sea esto una pequeña manifestación, un acta/monólogo de un sinrazón enamorado, la más honesta de las formas de abandonarme al sendero de la libertad que significa el "todopoderoso Amor(1)**
1.Hölderlin

Desde esta orilla yo te concibo
Te concibo completa acaso completa durmiente
Prístina, amapola.
Estallido de olas, allí voy yo lento entrando lento
Entre las rocas para besarte acaso, Oh sagrada
Entre los hombres,
La punta de los pies.
Subo por ti, espesa noche espesa
Soy una lluvia de tallos
Y raíces, subo noche espesa
Espesa noche espesa.
Heme aquí, mírame yo me rajo
El pecho mírame, el pechos con las
Manos así taladros. Con las uñas
Hambrientas de tu nombre, mírame
Y tomo el corazón latiendo aún, preconizando
El devastador círculo de las voces
Y los ojos que tu cuerpo calla
Y juro, Oh magnífica aparición terrestre
Que si te dejase de amar
Todo el fuego, si te dejase
Todo, si te dejase todo
Todo, todo
Todo, todo, todo
Si te dejase, aparición celeste
Todo el fuego sería poco para quemarme
Maldito hasta el hartazgo en el infierno,
Para consumirme hasta desaparecer bastardo en el ripio
Sean las hojas, estas hojas, estas
Los testigos de mi juramento
Que yo desde esta orilla te concibo, amapola
Y en lo súbito del vértigo,
En lo que crece en mí
Como un destello púrpura
Una explosión aniquilantemente
Vertical, amapola
Sino diosa a lo menos
Gracia única entre
la distancia de mis soledades,
en la punta del Aqueronte
subo yo a ti trepo subo a ti
espesa noche espesa
me niego el derecho a las
ofrendas o el descanso te rodeo los
tobillos como una madreselva
me hago todo una sola y
azul tempestad de voces
para que el pretérito el futuro y el presente y
el pétalo
el fuego la rosa y la espina escuchen,
el fuego la rosa y
la espina escuchen
espesa noche espesa
que desde mis huesos temblando de
miedo ante ti, Magnífica Inmortal
bestia sagrada, Magnífica escuchen
espesa noche espesa Inmortal escuchen el
fuego la rosa y la espina
escuchen vástago de corazones que llevo
en los ojos espesa
noche espesa
desde mis huesos
rotos Magnífica
desde mis huesos
mírame Inmortal
mírame fuego rosa espina
mírame desde mi huesos yo
clamo, te arrebato con furia de
mil centauros o perros ratas
escarabajos o mariposas clamo desde
mis huesos clamo, desde mis huesos
para desde hoy, al amanecer nuevo
a las alboradas, y a tus respiros
yo pertenezca
a tu presencia. Oscuramente intraspasable
fruta compacta,
sea,
dichoso hasta
que me estrangulen mis ojos,
sólo tu sístole, para saber que
tras la distancia de los abismos
me citas me recuerdas y me posees
desde tus tormentas de sangre hirviente,
espesa noche espesa
en tus diástoles,
o en tu vuelo errante
de estrellas mariposas
o papeles.

domingo, 6 de mayo de 2007

Ecce Homo

He aquí, entre ustedes
Todo él desnudo, con una apertura
De bisturí bajo la última costilla,
El pecho yodado y las ladillas carcomiéndole el escroto,
El ojo lleno de pus
Tras la última conjuntivitis
Y los reflectores de salud pública
Como el último y gran escenario
Para el espectáculo
De la
Expiración.

domingo, 22 de abril de 2007

Viernes Santo frente a la ventana

este es el asunto:
me pides te crea, y el hombre caba su foza
se lanza de bruces el negrero le abre el pecho
como a los cardos les arrancan desde las raices
como bienes transables para los agusanados mercados.

noche de viejas cintas magnéticas, cine de antaño proceder,
filmografía de culto, estilo Lars von Trier:
no te creo, no te creo, pero caigo de rodillas y lloro largamente
/como lloran todos los hombres
cuando ya no les queda ni amor ni fe ni luminosa reminicencia de lo que no son.
Cae el hombre y el ángel del films no es ni un aura dorada
ni un hada sencillamente es una puta en harapos
reencarnacion en funcion tipo karma de las vestimentas sacras de Cleopatra.
una mirada por la ventana y toda la dulzura, una inmensa
ternura sobrepasa el corazon del hombre, lo deja asi tan lleno
de sangre como los hígados de los eternos
borrachos se hartan del vino,
se sobrecoge el hombre y le parece que entonces
cree, cree. Cree que el caído el derramado entre los
suyos el hijo de dios cordero mutilado o
destruido o acribillado como todos los pobres,
está ahí en la migaja que se pudre en los basureros,
allí donde los perros son los únicos que acarician
el cuerpo de los hombres. Entonces pides que te crea:
pero no estas en lo alto como el apolo 11 fuera de
la atmósfera, estás abajo, demasiado abajo, tan abajo como
abajo están los pobres y los caidos y los mendigos y yo
y mis hermanos y mis amigos y la vieja noche estrellada
con los gatos cantando su viejo requiem de tristeza
sobre los vertederos municipales y entonces
creo, te creo, porque no vienes con espada ni
rayos de luz, caminas y te sientas y lloras o alzas el
amargo vino de los pobres, te chupas los cordones meados
de la calle vieja madre que todo lo sabe, o finalmente
films tipo lars von trier, me miras por la ventana
y toda la ternura del mundo, toda, toda ella
se cobija en mi corazón.

jueves, 29 de marzo de 2007

Declaración Pública

que esto quede claro: estos versos
los puede hacer suyos la mujer que quiera
la hembra que desee, anciana/niña/señora/seductora/
irresistible/sexómana
pero te pertenecen, Naty; son tuyos
todos los entienden, pero son de mí para ti,
guárdalos con llave, hazlos -con cada palabra-
un collarcito de piedras o caracoles,
póntelo en el cuello para así estar yo
algo más cerca de tu corazón.

jueves, 22 de marzo de 2007

Arte poética (o el primer fracaso)


Vivíamos del juego o la violencia
Tomábamos el vino desnudos en nuestras mesas,
Corríamos hombres tras hombres –ingenuamente sucios-
Y nos besábamos en la boca y en las tetillas,
No se doblaban nuestras rodillas
Y lo sangre nos corría libre y liviana
Por las alcantarillas; dormíamos tanto
Tiempo como nuestras camas soportaban
Ya: así sucios, con la boca perfumada en cerveza
Y los pezones rosa cerca de nuestras caras como
Los pubis danzando, silenciosos en nuestra verga.
Todos así bellamente andróginos, gozosos,
Valiente y borrachos, viviendo cada uno en
La miel de las plantas, propiamente
Libres inconcientes diluidos en
/la promiscuidad de una ventana entreabierta.

Una noche nula, casi blanca en la oscuridad
Ausente de estrellas, durmiendo boca arriba
-con los pendejos vistosos como hierba
Para las vacas- la languidez, puta ignominiosa,
Se montó sobre nosotros nos secó el
Alma, el corazón y el vigor, el buen
Vivir se apoderó de demasiado,
Los pasos fueron regulares, las mujeres fueron
El único don del placer, los horarios
Sillas y mesas nuestros compañeros
Y las prudentes palabras nuestras
Negras fieles compañeras y confidentes.

domingo, 11 de marzo de 2007

(sin título)

este poema pertenece a la mujer que me robó el corazón, se lo dejó y no me lo quiere devolver!!


12: 35 PM. Sigo sin hacer nada, sentado, echado y con un dolor de cabeza
que me tiene con los ojos como pelotas llenas de jugo; el último tiempo
me ha dolido con constancia la cabeza, tener cabeza es un dolor de cabeza
o pensándolo bien ( si es que se puede pensar bien) saber que tengo cabeza es
el dolor de cabeza; porque saber que tengo cabeza me significa saber que tengo cuerpo,
que estoy y que están los demás. Los demás siempre he dicho
que me importan un pepino, pero de entre los demás estás tú y tú no me
importas un pepino; pienso en ti casi todo el tiempo en ti, y cuando no pienso
en ti, es porque sencillamente no pienso. Tu me ocasionas dolor
de cabeza, no entiendo el que estés ahí tan tranquila, tan infantilmente
tranquila con tus uñitas cortas, pintándote los ojos o poniéndote pinches en el
pelo mientras yo parezco un mono de plumaví en mi casa escuchando
los beatles, con el pelo hediondo y comiendo pan con mantequilla;
no es culpa tuya, pero ese hecho, el hecho mismo de nunca tener la
culpa de nada me tiene picado, me dan ganas de hacerte cualquier huevada
con tal de que estés tu echada comiendo pan duro con margarina
mientras yo me paseo tarareando canciones o recorro un supermercado.
El asunto es que no hago nada. Nunca hago nada, yo mismo lo
Percato: no hago nunca nada. En unas horas más debo tomar micro
-la 372 o la 378- cualquiera que se vaya por vicuña,
ahí debería ser cuando tome una que se dirija a tu casa, llevar un pelotón
de mexicanos y darte una serenata, para después darte un ramo de rosas
con unos chocolates, aunque no recuerdo si comes chocolates, pero fumas,
eso si lo haces, entonces te llevo unos marlboro, fumamos juntos en la banca,
me cuentas como está tu madre, tu último viaje en metro. Pero de seguro
que a las 5 de la tarde, cuando tenga que tomar la micro, efectivamente
voy a tomar la micro y leyendo a Carver –“Catedral”- voy a percatar
que de nuevo me duele la cabeza, que late como un zapallo con las pepas
saltarinas adentro. Pienso, eso si, que tiene que ser así, me acuerdo de un cuento
de Carver –Schef me parece- en el que una mujer pasa el verano
con su ex marido en la costa, luego tiene que volver, porque simplemente
tiene que ser así. Tu nunca has leído a Carver, es un hecho, ni mucho menos
a Burroughs, ni a Bertoni.
El asunto, como decía –supongo- es que no hago nada, además de orinar
-¡que placer es orinar!- comer, tomarme un jugo y dormir, pienso
en ti claro, pero no saco nada, que es lo mismo que no hacer nada.


lunes, 5 de marzo de 2007

Por ejemplo

Se puede decir algo más de
Las cosas, cabe algo
Que agregar,
Por ejemplo que usted morirá
Por ejemplo que yo moriré
Por ejemplo que los demás morirán
Que morirán las madres por ejemplo
Que morirán las mascotas por ejemplo
Que morirán la Pamela Anderson
Y Clint Eastwood por ejemplo.
Que se morirá mi perro, que se morirán
Mis hijos, mis ojos, mis manos, mis
Dedos, mis pies, mis bolas, mis órganos,
Finalmente se puede agregar que se
Mueren todos y se hacen abono
Para las plantas… y las plantas
También se mueren, por ejemplo.

domingo, 25 de febrero de 2007

Ácida Ternura (selección)

te quiero, testaruda,
me gustan tus moñitos,
tus pinches y tus uñitas,
tus labios de
mermelada de frutilla,
y esa incomprensión
que te silva en las caderas.
*
rómpeme el corazón,
eternamente ciega,
tómalo hazlo una bolita
y tíralo, pero
no lo dejes ahí, mudo,
duro…
*
te persigo, te escribo,
te leo, te escondes, te
busco, te encuentro y
dejo ir para empezar
con esto de nuevo.
*
si me quisieras como
dices quererme, no me
dirías esos “no” llenos de
sí, esas palabras tan
tiernamente inclinadas
a decirme lo contrario.
*
escabúllete,
silenciosa,
juega a la pérdida
o al rechazo; yo a
la búsqueda o el encuentro.
*
quererte me hace daño,
me alborota los ojos,
me trae sangre al cuerpo.
Me tiene, a mi pesar, vivo.
*

miércoles, 21 de febrero de 2007

In memoriam

A la memoria de Gonzalo Millán

Deben ser como las cuatro de la tarde, estoy parado frente a mi ventana

Mirando por entre medio del cristal –no es un día triste-

Y me acuerdo al mirar mi escritorio y ver allí un libro de Lira de aquel

Poema de Bertoni que habla de la muerte del poeta; en ese poema donde cuenta

Que salió y supo que había muerto Teillier; y que al volver a casa

tuvo que hacer un millar de cosas: comprar unos huevos, visitar a su hermana

y que también se acordó de Lira;

y no me acuerdo de esto al azar, me acordé porque no sé

cómo supe que había muerto hace dos o tres semanas Gonzalo Millán

y al igual que Teillier no salió ni en la radio ni en las noticias

ni en parte alguna (debe haber salido –por algo lo supe- pero yo no tuve idea

a través de la prensa).

Justamente (el azar que cabe en todas las cosas) leyendo el “Artes y letras” en la revista

Del libro del “mercurio” salía una entrevista a Manuel Silva Acevedo,

En esa entrevista contaba acerca de Gonzalo Millán

-justamente el azar- contaba acerca de que Millán otorgó su vida

-tal como Teillier y como Lihn- a la poesía y que, como un monje,

se encerró y en vez rezos se dedicó a escribir: con oficio

(disciplina militar), dejó de lado su vida, su carne, sus huesos, sus ojos,

y un fulminante cáncer se lo llevó seis metros bajo tierra.

También me acuerdo porque encima de mi escritorio tengo un libro de Manuel Silva

/Acevedo,

de allí siempre se me viene a la mente ese poema que dice:

toda forma carnal es dolor,

es una llaga en el costado

deben ser como las tres y media (o cuatro) de la tarde,

y estoy echado en mi cama, con la guata sudada y la cabeza alborotada

-hablando huevadas- mirando a mi alrededor como un ser –un bicho-

que no sabe donde se encuentra, que nada le pertenece, y que sin embargo,

a fuerza de empujones, de empellones, de patadas en el traste

tiene que asomarse y reír y moverse y comer y defecar y orinar

y pensándolo bien hace un rato tenía ganas de cagar, y tenía ganas de escribir,

y preferí cagar antes de escribir, y pienso si es que Millán hubiese cagado o escrito

primero, porque cagar es una necesidad, pero escribir también es una necesidad;

aunque cualquiera de las dos sería una buena opción –cagar o escribir. Si ambas son la

/misma cosa:

cagarse.

miércoles, 17 de enero de 2007

Monólogo sinrazón de un enamorado

He caído en la desagradable certeza

De que no me gustas,

Lo que me gusta es creer que me gustas;

Porque en realidad me gustas

Como una opción, porque no hay más

Chicas o que sé yo. Lo que siento es parte

De mi enfermiza forma de comportarme,

Es una manera de aplacar

Esa soledad

Que me sobrepasa, que me ahoga

Y me postra; y lo único

Que puedo hacer –o intento hacer-

Es tener la certeza de que me gustas;

Pero ahora que estoy

Lejísimos de ti me doy cuenta

De que lo que extraño

No eres tú

Lo que extraño es el estar ahí

Y extrañarte.

Se que no me entenderás,

Aunque ni siquiera sospechas

Lo que estoy diciendo

Porque en 1er lugar

Nunca te lo he dicho

Y en 2do porque

Tampoco te he dado

Sospechas.

Tendrás que disculparme, no lo puedo hacer de otra forma,

Es parte (creo que lo he dicho) de mi enfermiza

Forma de comportarme

De mi estúpida altivez

De mi torpeza en el hablar

De mi orgullosa timidez

En verdad tienes que entender

-aunque sé que no entenderás-

lo que me pasa; es mi enfermiza

forma de comunicarme:

repetitiva

repetitiva e

inconstante, repetitiva y corrosiva

atorada en mi incapacidad de decir algo,

porque es un hecho que aun no he dicho nada,

aunque he dicho mucho, pero nada claro,

eso es:

nada claro, solo balbuceos, sílabas sueltas

no te he dicho nada claro, te confundo, pero no te quiero confundir,

yo soy el confundido, el maldito enfermo

que quiso decir algo y que se pierde

en el vaivén turbulento de sus ideas

al igual que como me pierdo en el de tus caderas

y el continuo movimiento de tus senos.

Tu siempre dices que no te gustan tus pechos,

Y aunque, sí, no son algo sorprendente, de todos modos me

Gustan, quizá porque son representativos de tu

Infantilismo, de tu siniestra ingenuidad.

Es enfermizo lo que hago, lo sé.

Hablar de ti desenfrenadamente, incesantemente,

Obsesionado, pero no obsesionado por ti

Sino que obsesionado por mi patética soledad

Por mi condición de gaviota pelada

Y con las alas pegajosas en petróleo,

Sin poder moverse, ni gritar ni nada,

Penada a la inmovilidad, así estoy:

Estático sin poder hacer nada,

Con la única e inevitable certeza de que

Estás lejos, sin saber si me gustas

o si me gusta quererte

o querer algo, pero sabiendo

únicamente que estás lejos y que

sigo pensando en ti.

lunes, 15 de enero de 2007

Observador inacabable

Estás enfrente mío, duermes plácidamente me parece,

Sueñas con tu madre; en nada quizá,

Pero no conmigo.

De todos modos no es que me moleste que no sueñes conmigo,

Más bien es un hecho que me da de súbito en la cara,

Me hace reconsiderar por enésima vez

Mi incapacidad por salir de este lugar

Alcanzar un poco de movimiento

Por pararme en las calles y caminar convencido de algo.

Se vuelve siempre al mismo punto de partida

(suponiendo que hay uno de llegada):

TU recostada, puta inocentemente, y

YO, el mismo maldito voyeurista

De siempre.

viernes, 12 de enero de 2007

Amanecer en nada



la próxima vez que llore
voy a llorar pero no como se llora
comúnmente, lloraré en torrente extenuante
lloraré lentas lagrimas ocre, caudalosa
arena púrpura hasta la sequedad de los tímpanos
hasta que se gasten los ojos, hasta que me brote una risa
burlona de la boca, hasta lo exasperante
vidrio molido, baba idiota, hasta que me crezca
una enredadera en el ombligo, hasta que todo
se vuelva blanco o profundamente negro
hasta que languidezcan las propiedades hasta que todo
sea una sola masa única y explosiva como
nuestra sangre, llorar pero fundar un nuevo llanto
no propiamente territorio de la tristeza vieja melancolía
o la nostalgia que produce la quietud de las cosas,
no de la alegría , o de la felicidad viejo sofismo falacia
exagerada de la dicha; un nuevo llanto celeste transparente
que inunde, germine las plantas, nos humedezca los talones,
que infle los ojos, que deje exhaustos.
cuando llore nuevamente lloraré púrpura materia
primera, sustancia que se eleve por sobre la cabeza que se disperse como el chorro velocísimo que brotó de tu
pezón sagrado, hasta que sólo quede un sólo asomo de tierra
para que tu y yo con la mirada limpia, con los músculos
tendidos nos miremos sin la necesidad de explicarnos
ni decirnos nada.

miércoles, 10 de enero de 2007

Lo que Camus me dijo mientras bebíamos vino en la cuneta.

¿Es necesario vivir? Ante tanto asunto no entendible, pregunta obstinada, angustia sin razón: ¿ no es preferible optar por la desaparición? Debemos hacernos la pregunta que Camus ya había puesto sobre la mesa, “la pregunta por el suicidio”; puesto que la reflexión por el suicidio es un acto furibundo, último; cuando ya hemos perdido todo instinto de aferramiento empezamos a barajar la opción del final. El aferramiento se va perdiendo en la medida en que la agudeza de la incredulidad nos lleva a observar a aquello a lo que nos aferramos como un pretexto vacuo, artificial y caduco.

Lograr ser feliz, vivir de manera equilibrada: búsquedas del todo estériles, por supuesto. Con respecto al equilibrio es un hecho que la estructura del hombre ( las mentes más asiduas le llaman carácter óntico…demasiado profundo para ser verdad) es inestable, su cuerpo necesita comer, dormir, goce también, mientras que su espíritu, o como se le quiera llamar, tiende a la austeridad, a búsquedas incorpóreas., o para ser más riguroso con el lenguaje, no circunstanciales. Es así como el hombre lucha ( homo hominis lupus) contra si mismo, se atormenta, empieza en él a engendrarse cierto rechazo hacia la vida. ¿Cuándo ve que no hay respuestas, que su cuerpo lo lleva a contradicciones, torpezas, puede ser feliz? Las mentes más crudas y severas desechan de plano la posibilidad. La felicidad es una quimera que nos hace “envalentonarnos”, caminar con el pecho henchido y la frente en alto, nos hace luchar, movernos, pero y… como ser feliz teniendo la cabeza en un vaho espeso y grisáceo, cuando no se sabe el porqué de moverse hacia acá o allá; al fon la felicidad es un consuelo pobre.

Tomemos en cuenta que esa impotencia ante el descontento de la vida se transforma en un sopor que crece de manera extremadamente rápida, comienza a significar un ente patógeno, un invasor residente, que perturba el HABITAR; se camina y ese sopor acompaña, cuestiona y retuerce el pensamiento; y prontamente el cuerpo también: los malestares físicos se presentan, y allí es cuando el hombre se “ve”, ( cae de la cama) comprende que ya no es hombre, se va transformando en un ser peculiar, su desligamiento por un intento de felicitad transforma en un TRANSEUNTE. Ya no reside sino que “sólo pasa”. Pierde la vanidad ¿vanidad de que? Si el yo se diluye, no significa. Un yo vacío: no sabe de donde viene, no sabe a donde va, no sabe por qué está, no sabe que es, no se reconoce a si mismo, entonces no hay “identidad”, ni personalidad, el yo es un ente abstracto, por sobre todo un desconocido y lejano. El ego por obviedad también desaparece; el “orgullo”, para qué decir, se desvanece.

Queda el hombre reducido a un conjunto de bofes inanimados; la condición extrema en la que se puede ver envuelto es un “escepticismo fruto de la desepción”, decepción esta última arraigada en su búsqueda de una salida y su ausencia de respuesta. Lo que podríamos llamar como aquello que le otorga la particularidad de hombre “desaparece”. El escepticismo cruento que desarrolla es el que lo distancia de las cosas; en el caso de Dios es esto, o éste, demasiado incorpóreo, etéreo y abstracto como para apelar a él; duda de su propia legitimidad como cosa existente y cómo creería en algo que no ve. No es un acto racional, puede “saber” de la existencia de un algo mayor, de mil y un motivos y razones para su creencia, pero no lo percata, ni le interesa. La incredulidad férrea lo lleva a la “inmovilidad”. No desea moverse, porque sencillamente no encuentra los motivos.

Entra, entonces, el hombre en un estado de inactividad cada vez mayor, hasta delimitar rigurosamente el espacio mínimo y vital: da los movimientos justos, ni uno más ni uno menos, evita los abrazos o los palmoteos. la inmovilidad en la que se ve envuelto lo va llevando desde es ser hasta el simple estar.

Cualquiera con una mente algo más nutrida de perversidad (cualquiera dotado de “verdadera” inteligencia) podría pensar, que a su favor, este estado es “EL” estado por excelencia, que todo hombre verdaderamente capaz debería aspirar a él. Y no está demasiado alejado de la realidad, sin embargo tampoco se debe caer en el obstáculo siempre presente, en la facilidad con que se olvida que se está vivo. Ante todo acto de resignación para con la vida, toda opción por la quietud o el silencio ante el movimiento y la parlanchinería, no se debe olvidar que se está vivo, y mientras viva debe comportarse como tal. El hecho de estar vivo supone algunas cosas, el poseer sangre en el cuerpo, energía vital para desenvolverse. He aquí el único asunto que puede mantener al hombre vivo de modo ligeramente más holgado. Es cuando se mueve, y rara vez lo hace, cuando debe hacerlo con gaya animalidad, con capacidad de ejercer una combustión suficiente para devolverse “la sangre al cuerpo”.

Definitivamente, para pesar de muchos y alegría de pocos, la existencia del hombre se ve reducida a uno o dos movimientos. Lo demás no es más que circunstancia, cáscara. En el pasar por la vida son uno cuantos los actos que significan algo de modo preciso; pues es en esos actos en los que debe demostrar que está vivo. De otra manera sería ilógico, torpe incluso. Quien vive sabe que lo hace por asuntos puntuales, ejecuta lo que sabe ejecutará y luego lo que conocemos tan de cerca, el mutismo, esa aura distante, impersonal y ausente.

La temprana renuncia de algunos hombres se ve gestada por la tendencia hacia dejar de ser, por ello, es del todo un peligro el que se vea envuelto en la inactividad, sencillamente debe escoger, si los movimientos necesarios fueron ejecutados es tiempo de marcharse. Morir a tiempo como decía Nietzsche. Pero si no están ejecutados debe precaverse de no ser presa de la inacción, dicha inacción es el gran mal, el mal de males.

La capacidad de observarse, la lucidez, es la que elimina quimeras como los sueños, la felicidad, las metas y demás bobaliconadas. Su eliminación de nuestras vidas supone una plataforma para empezar a vivir con los brazos abiertos, para respirar a pulmones llenos, sin nada con que cargar en las espaldas; sin embargo la distancia que hay entre la libertad y el desfallecimiento es casi imperceptible. Y estamos hablando de una libertad bastante concreta por lo demás, nos referimos a la libertad que significa el desprenderse de la vida, no sentirse atado a ella ni obligado a sus normas de buen “habitar”. El desfallecimiento por su lado es muy similar, lo suficiente como para darse a la confusión. Resulta que no sabe como comenzar a abrir los ojos, ojos que no siente sus ojos. No sabe como dar los pasos hacia el inodoro, pasos que son sus pasos. Así el distanciamiento de las cosas lo van dejando como un tótem o alguna piedra sacra resguardada para la adoración y como prueba fundamental de la existencia de un algo en antaño móvil.

Sencillamente siempre va a ser de este modo, en los hombres capaces por supuesto, sabemos de ante mano que una gran cantidad de seres erguidos en sus piernas nunca alcanzarán a preguntarse siquiese por su condición de hombres (patético por lo demás; no sabemos si despreciar o apiadarnos). En el caso de aquellos que llegan al meollo del asunto y olvidan políticas, identificaciones sexuales, religiosas, etc. y se entregan a la contemplación de la pregunta fundamental por la existencia, se verán siempre en esta disyuntiva: la libertar o el desfallecimiento. en última instancia, de todos modos, ambas son válidas, la primera porque significa reducir el movimiento a lo mínimo para poder ejecutar aquellos que significan fundamentales, significa entrar en el plano del desapego; y la segunda porque la derrota siempre es mas “bella” que la victoria.